La vida es un alfa y un omega, Un blanco y negro… todo lo demás…gamas. Del alfa al omega…el abanico de la vida.
Y entre el blanco y el negro…el arco iris.

Reconocer

Si entre una pléyade de estrellas
Tuviese que encontrar la tuya
Te reconocería sin dudarlo
Y cuando me preguntases
Que quien soy
Te respondería que
Aquél que te quiere suya
Entonces
Borraré todos los nombres
De los astros en mi mente
Y sólo tú
Ocuparás mi sentimiento
Porque sepultaré el pasado
Y tú serás mi presente.

Presencia

La presencia es recuerdo siempre
De día y de noche
Pero al caer la noche
Se sienten aún más
Y se convierte en fragancia
Que puede olerse aún en la distancia

Cruel y a su vez
Herida dulce
Que ilumina la oscuridad

Allí, el recuerdo
Trae nostalgias
Y la morriña hace sufrir
Siendo esa dulce tortura
Frescura para los sentimientos


En un abanico que cubre
Los gozos padecidos
Manjar que nunca se agota
Y siempre reclama más
Y la melancolía evoca
Lo que esa herida
Que sangra nos advierte ya

De una parte
Pasión compartida
De la otra deseo de retorno
Y lo que ya ha sido
Regrese sin tener fin.

Un Beso

Sé que en un momento
Que nadie propuso
Nos giramos

En aquel preciso instante
Ignorando a los demás
Las miradas chocaron
Para absorberse
Y los dos leímos
Cada uno en el otro
Lo que queríamos.

Entonces las bocas se encontraron
En la frescura de un beso
De apasionante entrega
Que se revuelve y mordisquea
Provocando provocar

Los cuerpos se fundieron
Las caricias no cesaron
Buceando en la piel oculta

Beso sin condiciones
Beso pleno de ardor
Beso que abre la puerta
Al misterio de la sensualidad
Que ya no es capaz de ocultarse
Y se muestra sin complejos
Beso que habla
De un deseo que empuja
A ser satisfecho

Ya no hay tregua, mujer
Entre la locura de tu frenesí
Y la mesura de tu alma,
El sueño
Y en él…yo

“Ensoñación”

Quisiera perderme en la
embriaguez de tu presencia
en ese misterio que suscitas
y me desconcierta,
y como el polo opuesto
me atrae irremisiblemente

Quisiera perderme
en la profundidad de
tu mirada
en unos ojos que me dicen
expectantes
extrayendo desde lo
profundo del alma
aquello que anida en ella
y no te atreves a pronunciar

Quisiera perderme
en lo cristalino de
tu sonrisa cantarina
alegría espontánea
de lo que alberga tu
corazón de mujer

Quisiera perderme
en el sabor de
tus besos
en lo jugoso de una boca
que adivino juguetona
y que al unirse
nuestras dos lenguas
nos convertirían en
uno solo
preámbulo de una
unión ardiente

Quisiera perderme
en la desnudez de
tu cuerpo
acuífero
como el mar
saborear cada palmo
de tu piel agitada
recorrerlo lentamente
acariciarlo
y al saberlo excitado
antes de que te lo preguntase
demandármelo tú..

Soñándolo,
me pregunto
en la vigilia
rebelándome
en mi despertar

¿Por qué decir
“me gustaría”?
¿no será “quiero”?
¿Quieres tú?

Piénsame Siempre

Lo único que de verdad
Puedo regalarte
Son mis ojos

No tengo otra cosa
Que ofrecerte
Pues me siento pobre ante ti

En ellos podrás hallar
Mi tumba y tu epitafio

Mi última morada
Porque al mirarme, moriré
Tu dedicatoria
Porque inscribirás en ella
Que me ofrendo por ti

Todo lo he jugado a una carta
La definitiva
La que pongo en tus manos
Tu has de escribir en ella
Las palabras
Vida o muerte

Si tu mueres yo viviré
Si tu vives, moriré yo.

Y como es difícil elección
Déjame amarte eligiéndola
Deseo que tú vivas
Aunque yo tenga que morir

Pero te impongo una condición
La única
Es todo y es nada
Es poco y mucho…
Es algo entre tú y yo
Para la eternidad

Piénsame siempre.

“Una lágrima preciosa”

Cuando una mirada provoca
Que toda tú te inquietes
Esa zozobra se comunica
A través de tu mansedumbre
Llegando hasta el tuétano
Del que te mira

Por eso, extiende su mano
Vacilante
Sintiendo en sus dedos
La suavidad de una piel desnuda
Que se cubre de deseo

Y haciéndolo
Entreabres tu boca
Primicia de caricias
Que se buscan…
Pero no pueden encontrarse.

Y queriendo navegar
Más allá de lo proceloso
De tus aguas azules
Te acaricio con dulzura
Tomo tu mano
Te miro a los ojos
Leyendo tú en ellos
Mi pregunta silenciosa
Respondiéndome en esa
Soledad de dos
En la media noche
Con una lágrima preciosa.

Y al contemplarla
Mi boca la bebe
Para que formes parte de mí.


Ángel. XVII-VI-X